Una ruta que combina la tradición vinícola, la historia medieval y los paisajes más espectaculares del norte de España, desde los encantos rurales de La Rioja hasta la majestuosa costa vasca.
Si estás planeando una ruta que combine la rica tradición vinícola de La Rioja con la naturaleza y cultura del País Vasco, el recorrido desde Ezcaray hasta Zumaia es una opción que no decepciona. Este trayecto, mayormente llano, ofrece un viaje a través de paisajes diversos, desde viñedos infinitos hasta majestuosos acantilados costeros.
El viaje comienza en Ezcaray, un pintoresco pueblo de montaña en La Rioja, conocido por sus calles empedradas y su ambiente acogedor. Desde allí, se avanza hacia Santo Domingo de la Calzada, una parada obligada para los peregrinos del Camino de Santiago. Esta pequeña ciudad es famosa por su catedral y su histórica hospitalidad, ofreciendo un perfecto inicio para adentrarse en la región.
Siguiendo el camino hacia Haro, capital del vino de Rioja, los viajeros tienen la oportunidad de sumergirse en la tradición vinícola de la zona. Haro no solo es un lugar para disfrutar de excelentes catas, sino también un entorno donde los viñedos se extienden hasta el horizonte, creando un paisaje que parece salido de una postal.
La ruta se dirige hacia Vitoria-Gasteiz, la capital del País Vasco, reconocida por su equilibrio entre modernidad y tradición. Aquí, el casco antiguo bien conservado y los amplios parques invitan a una pausa antes de continuar hacia Landa, a orillas del embalse de Ullíbarri-Gamboa, un lugar ideal para descansar y disfrutar de la naturaleza.
El siguiente destino es Mondragón (Arrasate), un pueblo rodeado de verdes colinas que recuerda el pasado industrial de la región. De allí, se llega a Oñati, conocida como una de las localidades más bellas de Euskadi. Su Universidad Sancti Spiritus y el Santuario de Arantzazu, enclavado en un paisaje montañoso, son paradas imprescindibles.
La penúltima etapa sale de Zumarraga, otro encantador pueblo vasco, antes de culminar en Zumaia. Aquí, los acantilados de flysch, formados hace millones de años, ofrecen un paisaje impresionante sobre el mar Cantábrico, poniendo el broche de oro a una ruta que combina cultura, historia y la belleza natural del norte de España.
En Cyclingvan estamos maravillados con esta ruta y solemos tener algún viaje abierto o escapadas por este itinerario.