Viajar y hacer planes con desconocidos: el antídoto contra la soledad
Encontrar el equilibrio entre disfrutar de la soledad y compartir momentos con otros es esencial para nuestra felicidad. En una sociedad donde la soledad es cada vez más común, comunidades como Timeleft nos ofrecen experiencias en compañía.
Los estudios muestran la necesidad de combatir la soledad: según Cigna International Health, las generaciones Z y millennial son las más propensas a sentirse excluidas. La OMS también ha alertado sobre la soledad, considerándola una amenaza urgente.
A pesar de la conectividad digital, la desconexión emocional es más evidente que nunca. Pasamos mucho tiempo con nuestros teléfonos, pero no logramos sentirnos parte de una comunidad. Aunque valoramos los momentos de soledad, también necesitamos la complicidad y el calor humano.
La formadora en Inteligencia Emocional Susana Urbaneja explica que el contacto social es crucial para el bienestar mental. El aislamiento puede llevar a problemas de depresión y ansiedad, e incluso al deterioro cognitivo a largo plazo.
A veces, aunque tengamos personas queridas a nuestro alrededor, no siempre están disponibles para compartir ciertas experiencias. Esto puede generar frustración y una sensación de soledad. En otros casos, puede que queramos vivir nuevas experiencias con gente diferente o que nuestros intereses no coincidan con los de nuestro círculo cercano.
El informe Global Wellbeing Report 2024 de Lululemon revela que el 53% de los encuestados encuentra información contradictoria sobre cómo mejorar el bienestar. Además, 9 de cada 10 españoles de la generación Z y millennials se sienten presionados por la sociedad para alcanzar ciertos objetivos.
Una solución eficaz es unirse a grupos de actividades con desconocidos. Ya sea una clase de cerámica en Atenas, una cena de TimeLeft en Madrid, o un viaje en bicicleta por el Camino de Santiago, estas experiencias nos ayudan a combatir la soledad y a vivir momentos únicos.
El coach Sergio Lazaro destaca los beneficios de estas actividades, que nos conectan con otros y nos ofrecen vivencias enriquecedoras. Al participar en actividades que nos gustan, el beneficio es doble: nos mantenemos activos y conectamos con personas que comparten nuestras aficiones.
Siempre estamos a tiempo de pulsar el botón de reinicio. Viajar con desconocidos puede llevarnos a hacer nuevos amigos y, quién sabe, tal vez encontrar una pareja. Compartir una experiencia en común ya indica que, al menos, tenemos un interés similar.