En el corazón de Siberia, un viaje de 1.047 kilómetros conecta Irkutsk con Chitá, atravesando paisajes que reflejan la vasta diversidad cultural y geográfica de Rusia. Esta ruta ofrece una mezcla de naturaleza salvaje, experiencias espirituales y el encanto de ciudades que cuentan historias de resiliencia y espiritualidad. Desde Irkutsk hasta Chitá, el recorrido revela la riqueza de sitios budistas, la hospitalidad siberiana y una conexión única con el Lago Baikal.

Irkutsk, punto de partida de la travesía, se presenta como una ciudad llena de historia con sus casas de madera tallada y arquitectura zarista. Además, es la puerta de entrada al Lago Baikal, el depósito de agua dulce más grande del mundo. En esta región, el Baikal se convierte en un símbolo de paz y naturaleza imponente, marcando el inicio de una gran aventura.

Siguiendo el recorrido en el tren Transiberiano, se llega a Ulán-Udé, capital de la República de Buriatia. Esta ciudad es un puente cultural entre Asia y Europa, con una comunidad de raíces buriatas y rusas. Ulán-Udé es famosa por albergar el centro budista más importante de Rusia y la estatua de la cabeza de Lenin más grande del mundo, que recuerda la era soviética. La espiritualidad budista se manifiesta en el Monasterio Ivolginsky Datsan, ubicado a las afueras de la ciudad. Este monasterio, fundado en 1945, es uno de los lugares más sagrados para los budistas buriatos y alberga el cuerpo incorrupto del lama Dashi-Dorzho Itigilov, un enigma que atrae a devotos y científicos.

«Antes de llegar al lago Baikal sientes la prosa. Sólo cuando dejas atrás el lago Baikal comienza la verdadera poesía» Anton Chéjov

El trayecto final hacia Chitá atraviesa densos bosques, ríos y vastas estepas, ofreciendo una conexión íntima con la naturaleza siberiana en su estado más puro. Las paradas en pequeños asentamientos revelan una vida pausada, donde las personas viven de la pesca, la caza y la agricultura. Chitá, el destino final, es una ciudad con una rica historia, marcada por la presencia de los decembristas exiliados en el siglo XIX. Aquí, podemos explorar el Museo Regional de Chitá para conocer más sobre la historia local o visitar la Catedral de la Ascensión, que simboliza la fe cristiana en una región donde conviven múltiples religiones y culturas.

Un viaje de Irkutsk a Chitá es una experiencia única que revela la vida en el corazón de Siberia. La mezcla de culturas rusa y buriata, la espiritualidad del budismo y los paisajes infinitos hacen de este recorrido sea una travesía que conectz con la profunda cultura Rusa.

El viaje incluye

1ª Visados y seguros de viaje

2º Régimen en hotel y desayuno

3º Viajes internos del circuito

4º Visitas programadas

5º Bicicletas para las rutas extraordinarias

6º Cenas del primer y último día

El viaje no incluye

1º Vuelos de ida y vuelta

2º Comidas y bebidas

Por favor, lea el apartado de recomendaciones y condiciones del viaje:  Aquí