"La historia es un incesante volver a empezar." - Tucídides 460 AC
Cyclingvan nació tras dos años en la mente de alguien en un lugar escondido de Extremadura, España. Creció con viajes de cicloturismo por África y Europa, tardes de estudio, visitas a teatros, museos y tiendas de bicicletas.
Cyclingvan está conectado con el arte de Fernando Botero, la dramaturgia de Ludwik Margules, la arquitectura de Carme Pinos y la música de Mark Knopfler. Está estimulado por el bullicio de las calles de Amberes llenas de bicicletas, chocolaterías, tiendas de moda y joyerías.
Su creador estaba cansado de la trivialidad cotidiana de los grupos de Whatsapp, de revisar constantemente el teléfono móvil, de la locura de los viajes espaciales, de los desafíos virales peligrosos como el «Milk Crate Challenge» y de la publicidad de coches eléctricos.
Aburrido del ruido, el impulsor de los viajes cicloturistas dejó la ciudad y se mudó a un pequeño pueblo dispuesto a aceptar la soledad como esencia de una presencia nueva.
Podrías pensar… ¿Quién en su sano juicio haría eso? Bueno, no solo fue apartarse, sino disponer de un tiempo para crear un concepto de ciclismo sencillo, lento y con un nivel de altas atenciones. Esta experiencia profesional cambió todo su mundo.
Esta es la historia de cómo Ciclingvan comenzó su viaje lento y singular para brindarle al mundo la mejor pequeña experiencia de cicloturismo digna de un maillot amarillo.